domingo, 19 de mayo de 2013
Escrito por Unknown
3 comments | 4:55 p.m.
Yo creo que todos
tenemos sueños (no importa el tamaño de estos), hay quienes los han realizado y
quiénes no. Algunos hablan de ellos con entusiasmo y sin ningún reparo y otros
son renuentes a contarlos (me incluyo en los renuentes), quizás por miedo y la mayor de las veces por pena de que se burlen si los contamos.
Cuando iba en la
preparatoria mi sueño era ser músico, quería aprender a tocar guitarra y me gustaba cantar, ponía
mis discos a todo volumen y me ponía a cantar a todo pulmón, sin embargo cuando
había la oportunidad de hacerlo frente a un público no lo hacía, me daba pena
hacerlo porque pensaba que las personas me criticaban por mi aspecto y se
burlaban de mí, lo que sucedió es que deje mi sueño, no me aventure a
perseguirlo; deje que el sobrepeso me afectara en mi autoestima y que me
impidiera perseguir eso que anhelaba en esos momentos. Recuerdo una vez en la
escuela, para entrar al taller extracurricular de los sábados, yo quería entrar
a música, sin embargo el profesor me dijo que ya no había lugar, yo me aventure
a cantar una pieza para demostrarle “mi talento” y al profesor le gusto, me invito
a que cantara nuevamente pero enfrente de los alumnos de la clase, como me daba
pena por mi sobrepeso (que se burlaran de mi porque era gordo), me negué a
cantar frente a más público y la consecuencia de esa decisión fue que no entre
al taller que quería, y termine entrando a otro, simplemente deje a un lado mi
sueño.
Los sueños son frágiles
y cuando los demás no los aprueban, dejamos que sean apabullados, son
enterrados tan profundo que casi siempre no encontramos forma de sacarlos de
donde están, si a esto le agregamos que el sobrepeso/obesidad nos impida
realizarlos, estamos destinados a abandonarlos y vivir una vida promedio y no
la vida extraordinaria que queremos para nosotros mismos. En el instante que aceptas menos
de lo que mereces, recibes aún menos de lo que aceptaste – Maureen Dowd
Lucha con todas tus
fuerzas por vencer el sobrepeso/obesidad, no permitas que él te venza a ti, ten
confianza en tus capacidades y en que eres más fuerte que cualquier adversidad,
atrévete a apostarte a ti, si no crees en ti mismo y en que puedes lograr
cualquier cosa que te propongas estarás a la deriva sin nada que te impulse a
avanzar. Es posible que logres el éxito aun cuando nadie más crea en ti, pero
nunca lo lograras si no crees en ti mismo – John C. Maxwell
domingo, 5 de mayo de 2013
Escrito por Unknown
No comments | 5:41 p.m.
Si tu casa se estuviera incendiando en este instante, ¿harías algo hasta mañana o lo harías inmediatamente?, sin temor a equivocarme, creo que casi el 100% harían algo en el momento (aunque sea correr, eso ya es hacer algo).
Cuando era niño, a un primo y a mi nos ponían a barrer el patio de la casa, el empezaba inmediatamente con la mitad que le tocaba y yo la otra mitad la veía nada más y mejor me iba a ver la tele y dejaba para después lo que me habían ordenado, mi mama entraba a mi cuarto donde yo estaba viendo la televisión y me decía que entre más me tardara en empezar a barrer, se iba a hacer más tarde y más difícil se me iba a hacer el comenzar y cerraba con la frase: “el huevon trabaja doble”. Efectivamente, para cuando iniciaba a barrer, trabajaba doble, porque aparte de barrer la parte que me correspondía, en la parte que ya había limpiado mi primo habían vuelto a caer más hojas y tenía que limpiarlas también.
Lo mismo me ocurrió con mi alimentación, no hacía nada por comer sanamente, simplemente lo deje para mañana, muchos factores intervinieron: decidía, conformismo, desinformación, rutina, educación, confort, entre muchos otros, pero a mi juicio el más dañino era: mi soberbia. Ana Cortes en un curso dijo una frase que quiero compartir contigo: “los cambios vienen cuando tenemos la humildad de reconocer que necesitamos ayuda”.
El tiempo fue pasando, los años se fueron juntando y el sobrepeso también y ese mañana simplemente no llegaba. Lo que si llego fue que me convertí en una persona con obesidad mórbida, tenía inseguridad por mi aspecto, baja autoestima, y la vida me empezaba a pasar factura: mi salud estaba yéndose en picada. Cuando tome conciencia y acción para cambiar, me costó (y me sigue costando), el doble (y quizás más) de lo que muy probablemente me hubiera costado de haber hecho algo antes y no mañana. Sé que no es fácil cambiar de la noche a la mañana lo que vienes haciendo por mucho tiempo, no es fácil quitarte en un instante todas las telarañas que traes en la cabeza, pero no permitas que eso sea impedimento para que hagas algo por cambiar. “Si no puedes volar entonces corre, si no puedes correr entonces camina, si no puedes caminar entonces arrástrate, pero sea lo que hagas, sigue moviéndote hacia adelante” – Martin Luther King Jr.
El tiempo fue pasando, los años se fueron juntando y el sobrepeso también y ese mañana simplemente no llegaba. Lo que si llego fue que me convertí en una persona con obesidad mórbida, tenía inseguridad por mi aspecto, baja autoestima, y la vida me empezaba a pasar factura: mi salud estaba yéndose en picada. Cuando tome conciencia y acción para cambiar, me costó (y me sigue costando), el doble (y quizás más) de lo que muy probablemente me hubiera costado de haber hecho algo antes y no mañana. Sé que no es fácil cambiar de la noche a la mañana lo que vienes haciendo por mucho tiempo, no es fácil quitarte en un instante todas las telarañas que traes en la cabeza, pero no permitas que eso sea impedimento para que hagas algo por cambiar. “Si no puedes volar entonces corre, si no puedes correr entonces camina, si no puedes caminar entonces arrástrate, pero sea lo que hagas, sigue moviéndote hacia adelante” – Martin Luther King Jr.
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